Todavía no nos hemos visto cara a cara en el aula y ya pienso en vosotros, en la guerra de nueve meses que nos espera.
Espero que la guerra termine al final en un tratado de paz mutuamente satisfactorio.
Este año el profesor que os ha tocado en suerte quiere renovarse y ensayar el convertirse gradualmente en blogfesor.
Sumar a nuestro ordinario encuentro físico en el aula otro virtual a través de un blog.
El alumno está destinado a sufrir y, en raras ocasiones, a disfrutar a su profesor.
Y si éste pretende metamorfosearse pacientemente en blogfesor - porque le ha picado alguna mosca en verano -, el alumno se verá obligado a hacer lo propio con su condición de alumno. Tendrá que convertirse en bloglumno.
Que la Fuerza nos acompañe a todos en esta aventura. Y que ésta sea para bien de todos.
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